lunes, 28 de febrero de 2011

Capítulo 1 parte 4

4

-¡Seguidme todos!- bramó Íñigo con las venas del
cuello cual culebras-. Me sé de un camino secreto que pasa por debajo de la montaña, por el que no
tendremos que atravesar pol medio desos lunáticos.
- Está bien, Iñigo, te seguimos -Mablung miró a los

ojos del bigotudo personaje y depositó en él toda su confianza.
Empezaron a caminar siguiendo al apuesto montaraz. Y caminaron, caminaron, caminaron...
- ¿Estás seguro que no te has equivocado?- preguntó Tiganilla de los Bosques.
- Por supuesto que no, y si no me crees, mira- señaló

un cartel-. Allí hay una señalización. ¿Qué pone, Céfiro?
- A Bilbao 5 kilómetros… ¡¡¡Lo matooooooooooooooooooo!!!!- chilló Céfiro desesperada. Se plantaron todos delante de Iñigo y cuando ya le iban a arrear, Beidomon les convenció de que esa no era solución
- Vamos a ver, familia, todos unidos hacemos un gran equipo. Confiemos de nuevo en Iñigo.
Todos miraron a Beidomon y vieron en él al líder que necesitaban.
- Lynkx y Shaska nos necesitan.
De repente una niebla gris apareció, y cuando se disipó, ante ellos estaba la entrada de una cueva.
- ¡Jajajajaj, lo he conseguido!- masculló Wherter Young.- ¡He hecho aparecer la cueva ante nosotros!... pero que oscura que está.
- No os preocupéis, haré una antorcha con mi camisa- se alzó Iñigo.
- Hace por lo menos cinco páginas que te hiciste una antorcha, y desde entonces no tienes camisa. ¡¡Si es

que andamos algo despistados!!-le recordó Wherter.
- Bueno, dejadme a mí primera- sugirió Tiganilla-, que llevo una linterna de boy-scout en el bolsillo.
Y todos juntos se adentraron en la cueva....

Mientras tanto, en lo alto de una torre del castillo de la ciudad, descansaba la bella Sashka de St. Andrews del jet lag, o sea, de de tanto revoloteo.
En eso que la dragona Erys se fijo en un collar muy grande que llevaba.
- Huummm, este futbolín que lleva en el medallón es como el que me ha salido a mí en la panza- dijo Erys.
Y con curiosidad de dragona, lo cogió; entonces el medallón se abrió y en su interior pudo ver un retrato con una inscripción que decía: ¨ Tú sí que sabe jugar ar futbolín…¨
Bueno, volvamos a la cueva.
Tiganilla en cabeza con el foco a todo trapo, enfocando para todos lados menos para delante y Wherter Young en su salsa, como si buscara algo en el suelo…
- ¡¡¡YA LO TENGO!!!-Gritó con el culo en pompa y su gorrillo de cucurucho en el suelo-. Este es grande- decía.
- ¿Que es grande er qué?- chafardeó
Iñigo con acento andaluz de Santa Coloma.
- ¡El murcielagoooo! -dijo Wherty- , traedme algo pa guardarlo.
Tiganilla no pudo más y le arreó una patada en las posaderas que estuvo tirándose cuescos entrecortados dos días.
-¡MIRA QUE SOIS, JOER! Dejad al bichico tranquilo - dijo la Tiganilla, siempre defensora de los animalejos.
Iñigo se escojonaba cuando, de repente, se encendió una luz al fondo del túnel.
-¡¡SIGAMOSLO!! -exclamaron Beidomon y Céfiro corriendo hacia la luz; Tiganilla estaba contemplando la liberación del rapaz subterráneo, e Iñigo y Wherty se arrastranban como podían, pues Iñigo estaba quedándose helado sin la camisa.
-¡¡AGUANTA IÑIGO, TU PUEDES!! –decía Wherty, pero Iñigo estaba entrando en un coma etílico que no veas… (perdón, era un principio de lipotimia).

Mientras, la dragona estaba distraída con el collar, mirando embelesada la foto del atractivo brujo, y Sashka de St Andrews aprovechó la distracción y se acercó sigilosamente a Lynkx- a quien la dragona había depositado en la torre ya que, al parecer, no tenía hambre- y le dió un codazo.
- ¡Tío, tenemos que escapar!
- ¡Pos ya me dirás cómo, esto ta mu alto!
-Nch... ¡Ojalá estuviera Íñigo aquí, él con una cuerdecilla de nada ya hubiera organizado la evasión! En cambio va y me toca el inútil de dios éste que no sirve para nada...Ahora entiendo que seas un dios con minúscula…
-¿Inútil yo? ¡Ya te ví a enseñá lo inútil que soy, y aluego me besarás los pies!
Dicho esto, se puso en pie y señaló a Erys con un dedo.
-¡¡¡Tú, bisho, ya estás dejándono de vuelta a donde nos has cogío!!!- dijo todo aparente.
Y la dragona le largó un manotazo con aire aburrido que seguro lo llevó de vuelta al bosque, porque voló en una amplia parábola y se perdió en la lejanía con un grito entre rabioso y sorprendido.
-¿Tú también quieres irte?- dijo Erys mirando con el ceño fruncido a Sashka de St Andrew.
- ¡No, qué va, si aquí se está de puta madre!¡Menudas vistas!
-Pues anda, haz algo útil y ráscame con la espada detrás de las orejas. Debo tener algún piojillo...
-¿Los dragones tenéis piojos?
- Pos claaaaaaaaaaro.
A Sashka de St Andrew se le pusieron los pelos de punta al pensar cómo sería un piojo de dragón. Y cuando lo vió, se fue de patas para abajo. El bichejo parecía un critter, el hijoputa: redondo, con más dientes que Ana Belén y con la piñata puntiaguda, que le mostró como si anunciara un dentífrico. "¡Una mierda me acerco yo a eso!", pensó.
-Pensándolo bien, mejor me envías también a revolotear por ahí- dijo ella con la carne de gallina.
-¡¡¡Pos hala, sayunara beibi!!! -dijo Erys soltando la garra. Mientras Sashka de St Andrew volaba en pos de Lynkx, la dragona añadió- ¡Pero el afoto me lo quedo yo!

Mientras tanto, en la gruta, todos seguían a la lucecilla; Tiganilla toda contenta, pues había colaborado en la liberación de un mamífero subterráneo.
-NO PUEDORRRR...No puedorRRRRR... -repetía una y otra vez Iñigo.
- ¡No nos dejes, Iñigo! -decía Wherty con lágrimas en los ojos y dos globos verdes asomándole por la nariz.
Todos empezaron a animar al apuesto Iñigo.
- Joer, musho animarme pero naide me deja una camiseta, ¡QUE JODÍOS! -pensaba Iñigo.
En eso que la linterna de Tiganilla dejo de funcionar.
- ¡¡VEO UN TUNEL DE COLORESSSS!! -exclamó Iñigo.
- ¿Qué más ves?
-dijo wherty
- ¡ARRGGG! En er fondo estan ellas…
-¿Quiénes? -preguntó Céfiro.
- JOER... TIENEN UN TRAJE AJUSTAO DE COLOR PLASTICO TRASPARENTE…- repetía Iñigo-… y me disen “ven pacá”.
- ¡¡NO VAYAS, IÑI, NO VAYAS! -gritaban todos como una sola voz.
En estas que Iñigo, moviendo su melena y con paso decidido, mirando al frente (Tiganilla se quedó sin pilas, oséase, no se veía nada) empezó a caminar hacia adelante. Pluuuuuooooofffffff ...Iñigo se precipitó en un gran agujero negro que se cruzó en su camino.
- JOERRRRRRRR... ¡¡TOY MUERTO!! Cullons -se dijo para sí mismo con el acento andaluz de Santa Coloma.
- ¡Vaya por Lynkx!  Se ha matao, el condenao -expuso con lógica Wherter-, pues nada, a seguir, que hay que tirar palante.
- ¡¡Qué poco corazón tienes, Wherty!!-dijo Mablung  decepcionado-. Ni siquiera hemos mirado si al caer ha atrapado algún animalillo debajo.
- ¡No digas eso, Mablung, que bajo ahora mismo a comprobarlo! -soltó Tiganilla toda excitada.
-Eso, eso, baja y de paso súbete sus botas, que creo que son de mi número -dijo Beidomon.
- Dejaros de historias, que hay que continuar: la vida de Sashka y Lynkx está en juego, no quiero ser yo partícipe de esta carnisería.... ¡¡¡Ahujikol, gretystencium que es faci el llum!!! -De repente, de los brazos de Wherter aparecieron dos fuegos que hicieron de la oscuridad un bello recuerdo-. ¡¡¡Joder, qui mi quemo!!!
- ¡Vamos, corred; antes de que se incinere el jodido mago hay que salir de aquí! -chilló Céfiro con decisión, saltando por encima del pozo y dirigiéndose a lo que parecía el final del túnel.

Iñigo Montoyus se sorprendió al notar que, en vez del duro suelo, caía sobre algo más o menos blandito.
- ¡Auch!- oyó con sus orejas.
- Huy, huy, ¡qué caída más tonta!- dijo Íñigo levantándose-. ¡Pero si aquí nunca hubo un pozo!
- Ya -dijo otra voz-. Ej que estaba cavando pa buscar un tesoro y se m´ha ido la mano... Por cierto, me llamo Saltrambas, encantao.
- ¡Pero serás furrooooooooooooo!!- bramó el montaraz-. ¡A quién se le ocurre, sin señalizar ni ná!
- Ej que no pensaba que estuviera tan jondo...
-¿Y lo has encontrado?
- Aún no...
-Nch... Perra suerte la mía, que no doy má que con subnormale... Bueno, habrá que escalar. ¿Tiene una guita o algo?
-No, sólo tengo una pala...
-¡Pos no te digo yo ande te puedes meté la pala, furro ma quee furroooooooooooo! Hala, aquí te quedas, que yo me voy parriba!
Y empezó a escalar por las paredes del pozo con determinación y agilidad.
- Coñio, cómo me cuesta... ¿Mabré engordado últimamente?-se quejó extrañado, pues de pronto el ascenso se le hizo más trabajoso.
Pero, de repente, una idea le vino a la cabeza. Con cuidado, soltó una mano de la pared y se palpó los pantalones.
-¡La madre que lo parió, si llevo un polisón! ¡Quita de ahí, cacho perro, que me va a haser caé!!!
- Y una mielda me suelto, que llevo aquí una semana...
Y así, mientras blasfemaba como un carretero, Iñigo no tuvo más remedio que tirar de sus fuertes brazos para salir del pozo cargando con el manta ése.

Mientras tanto, Sashka de St Andrews tomó tierra junto al lago. Vaya, más que tomar tierra se dió un atracón. Con horror, notó que en la caída se había quebrado algo.
- Huy, huy, qué daño, me he roto una uñaaaaaaaaaaaaaaa!
Lynkx se acercó a ella, aún sacudiéndose de las ropas el polvo fruto del aterrizaje.
-Jo, qué precisión tiene la dragona ésa... ¡más menos un metro, como un GPS! Huy, Sashka, tienes mal aspecto: ¡¡ta quedao el pelo como un manga!!
- Pues anda que tú... ¡Anda y métete ese ojo en la cuenca, joder!
- Hemo de alcansar a los demás - dijo Lynkx mientras empujaba el ojo para dentro-. Por aquí veo unas huellas.
- Mira que eres negado... ¡esas huellas son de jabalí!
-¡Que no, que son claramente huellas humanas! De elfo, como mucho...
- Pos mira, el dios casi da en el clavo...- dijo una voz entre el follaje.
Una figura surgió de la espesura y se plantó ante ellos.
- Jodeeeeeeeeeeeer, esto cada vez va a peor...- se quejó Sashka de St Andrews al ver al extraño ser- . ¿Le conoces?
- Si...- dijo Lynkx con cara de fastidio-. ¡¡¡Es mi peor enemigo, el demonio Kognar!!!
- Pues si, menos por las pezuñas, parece un elfo...
- Es que es un híbrido raro...
Y, ademá, muy dado a filosofar con verborreas insoportables que harían poné verde de envidia al mismísimo Fidel Castro.

- Soy el gran Kognar, Señor del Fuego Más Rojo del Infierno, dueño de las Simas Más Ardientes, Castigador de Almas Impuras...
Mientras el demonio iba enumerando títulos, Lynkx acercó su boca a la oreja de Sashka de St Andrews.
- To eso quiere decí que en el infierno es un mojón... uséase, el último mono…
- Y Encargado Mayor de Sacar la Basura- concluyó Kognar-. Porque ése es un deber digno, pues...
-¡Corre, antes de que empiece a filosofar!
-¡Así os rompáis una pierna!- dijo Kognar.
- ¡Y tú que lo veas con los ojos en un plato!- contestó Sashka de St Andrews arremangándose los pantalones de la armadura para gambar más deprisa.

Sashka de St Andrews y Lynkx corrian como unos posesos, perseguidos por Kognar, el cual -cosa curiosa- corría haciéndose preguntas y dándose él mismo las respuestas. En una de sus preguntas se cuestionó:
-¿A qué güelen las nubes
? -y esta le costó de responder.
En esas que apartó unos segundos la vista de la bella Sashka y de Lynkx para así mirar unas nubes que estaban en el horizonte, momento en que ellos se precipitaron por un agujero que encontraron en el suelo en su afán por escapar del raro demonio. De inmediato empezaron a descender a toda velocidad por el agujero en plan tobogán, y de repente impactaron con algo.
- Joer, qué blandita está esta pared… -dijo Iñigo con seis dientes menos y la cabeza rodeada de pajarillos y también estrellitas, que iluminaron el momento.
No se sabe cómo, el túnel por donde Lynkx y Sashka descendían se cruzó con el ascenso de Iñigo y Saltrambas. Ni que decir tiene que les arrastraron con ellos.
La imagen era dantesca: seguían bajando por el agujero todos apiñados, Iñigo cara a cara con Sashka sin dejar de mirar sus ojazos (parecía hechizado el jodío), Saltrambas sacando la cabeza por el bolsillo del pantalón de Iñigo y con cara de velocidad y Lynkx cogido de la bota de Sashka de st Andrews.

1 comentario:

  1. Al día, qué recuerdos más desternillantes. Un trabajo excelente sashka

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