jueves, 24 de febrero de 2011

Capítulo 1 parte 3

- ¡Esperad, no corráis! - dijo Wherter Young. - Ya lo entiendo, es el dragón de la profecía.
- ¡Pero, ¿qué leches de profecía?! - increpó Sashka-. Este mago idiota ha perdido la cabeza… Le debe haber entrado demasiado botox en el cerebro.
- ¿No lo entendéis? Es el dragón que traerá el equilibrio a la fuerza. Él devolverá la magia al mundo, y yo, Wherter Young, seré su mano derecha.
- Mira mago, por mí como si eres su ojo trasero. Ese maldito dragón va a acabar con nosotros, así que deja de decir payasadas. Y, ¿dónde se han metido esos condenados elfos?
- ¡Sasshhhhhh!- gritó Céfito parándose en seco ante lo que temieron era el final del flamante cuarteto.
Delante de ellos se encontraba lo que parecía una telaraña gigante.
- Pero, ¿que cojones es eso? -pregunto Sashka al mago Wherter.
- Es el nexo. Esa barrera mantiene la magia fuera del mundo humano. Si el dragón la cruza, el equilibrio será restablecido y la magia volverá a fluir por el mundo.
- ¡Así que tenías todo esto planeado!- dedujo Céfiro-. Sabías que ese niño se convertiría en dragón y nos quemaría el culo. ¡El mundo recuperará el equilibrio y yo con estas pintas!
- ¡Ahí viennneeeee!- gritó Iñigo Montoyus sacando la espada y cuadrándose con un par de ganas delante del niño dragón.
- ¡Tira p´alante, montaraz estúpido!- le chilló Sashka agarrándole del brazo y arrastrándolo hacia el bosque, en la misma dirección por la que vinieran.
Tiganilla y Mablung, los elfos, iban colgados de los árboles, en plan tarzán con las lianas, pero... pasó algo:
-At...chús!!!!!!!!
Tiganilla de los Bosques estornudó porque estaba resfriada, la pobre, y buena parte del Botox de su cara fue a llover encima de un hombre que pasaba por debajo, que además la cogió en brazos protectoramente cuando ella se cayó en picado tras perder el equilibrio. Mablung saltó ágilmente junto a ellos.
-¿Puedo saber quién sois? -inquirió Tiganilla, bajando al suelo tras desprenderse de sus brazos.
- Me llamo Beidomon, encantado. A su servicio, hermosa dama tarzanesca.
El grupo formado por Sashka, Céfiro, Iñigo y Wherter, llegó hasta a ellos.
-Mierda, otra vez los elfitos… -soltó Montoyus.
Tiganilla tenía rostro de oveja-lobo (aun y así a Beidomon le había gustado, quién sabe...hay gustos como colores). Al mago le dio penilla y les realizó un conjuro a ella y a Mablung: a ella, por suerte, le devolvió el rostro a la normalidad, era una elfa guapísima; pero Mablung no tuvo tanta suerte y se le puso cara de Keralt el Brujo de Vivia, a lo que Sashka se le abalanzó encima y lo tumbó al suelo.
-¡¡Mi brujo!! -gritaba-. ¡Aunque esté comío de botox, sigue estando tan bueno como siempre!! ¡¡Muajajajajaaaaaaaaaa!!

A esto, se escuchó el sonido de los cascos de un caballo al galope. Céfiro se giró para ver al jinete y cuál no fue su sorpresa cuando descubrió a su protector, el gran dios Lynkx, que venía a rescatarla.
 -¡Nooooooooooooo! ¡Socorrooooo! -chillaba Mablung de los bosques, despavorido.
El mago se compadeció de él y le echó un segundo hechizo, certero por casualidad.
-¡¡¡Ostia!!! -exclamó Wherter Young todo feliz-. ¡¡¡Si al final voy a ser un buen mago y tó!!!
-Eso será la mierda de dragón, que trae buena suerte -le dijo Beidomon-. Por cierto, ¡¡apestais!!
Sashka se desilusionó al recobrar el elfo su aspecto habitual y liberó al protector de animales.
-Claro, si ya lo decía yo, guarros. Yo me piro para mi laguico con mi fiel caballero Lynkx -dijo Céfiro-. Vosotros encargaros de ver qué hacéis con la telaraña y el dragón.
- ¡Ah, no, de eso naidená!- dijo Sashka de St Andrews, cabreada ahora que su brujo se había volatilizado-. ¡¡¡¡De aquí no se va nadieeeeeeeee!!! ¡¡¡Wherter, ven pacá, que te ví a jinchar un ojo!!!
- A todo esto, ¿y el dragón? ¿No decíais que ya estaba aquí?- preguntó Beidomon.
- Aquí estoy- dijo una voz profunda, con personalidad-. Me preguntaba cuánto tardaríais en daros cuenta... ¡Sois lo más patético de todo el bosque! Por cierto, Faethen me ha dicho que esta flor no sirve, que está demasiado pocha con tanto sobeteo…
- ¡Hay que lleval-lo a donde la tela d´araña!- susurró Iñigo Montoyus-. No temáis, tengo un plan...
- ¡Qué valiente es y qué brasos más fuertes tiene este mashoteeeeeeeh!- dijo Sashka de St. Andrews, con ese acento andaluz de Santa Coloma que se le ponía cada vez que se ponía puesta.
Mientras todos observaban amedrentados y arrimadicos unos a otros, Iñigo el montaraz reculó hasta la tela de araña mientras frotaba tres de sus muñones-dedo. Al grupo le pareció oír su voz susurrando:
- Gaticoooo, bshbshsbhs, gaticoooooooo, veeeeeeen...
-¡¡¡¡Será subnormal!!!! ¿Éste era el plan que tenía??- bramó Céfiro, a quien todo aquello ya cansaba.
- Ea, si tieneh una idea mejol, adelante- le contestó Iñigo, a quien también se le ponía acento de Santa Coloma cuando estaba mosqueado.
- Yo sí la tengo- dijo Beidomon-. Cogemos a Iñigo y se lo tiramos al dragón; luego salimos corriendo...
- No funciona- le informó Wherter-. Ya lo hicimos con Ricky Martin y le duró menos que lo que se tarda en decir “plis”.
- Señores- dijo el dios Lynkx-, estamos en un serio aprieto...
-Pos vaya mierda de dios estás hecho- le pinchó Sashka de St. Andrews.
Mientras discutían, apareció algo inesperado: una linda dragona se posó en una gruesa rama, frente al niño-dragón.
- Hola, guapetónggggg- dijo la dragona-. Me llamo Erys... ¿estudias o trabajas?
- ¡Jodeeer, una dragona, socorroooo!- gritó despavorido Arthan, que por un momento había olvidado su condición de dragón.
- Ahora sí que no tenemos nada que hacer- Sashka, con unos lagrimones como puños, hincó la rodilla en el suelo mientras se ofrecía generosa ante los dos dragones.
- ¡Que valiente, mi Chaska!- chilló Iñigo.- ¡¡No os la comáis a ella, empezad conmigo, por favor!!
- Pero, ¿tú eres idiota o qué te pasa?, si me ofrezco primera es para sufrir menos- le soltó la de St. Andrews.
- Aquí no va a morir nadie, que para eso soy un Dios- se levantó enérgicamente Lynkx- . Mirad, dragones, os voy… ¡aaaaaaaaaargggg!
La dragona Erys alzó al susodicho Dios entre los dos colmillos, y se lo ofreció al asustado Arthan en señal de amor.
-¡¡Mi amor, nooooooooooooo!!!- gritó una desconsolada Céfiro-. ¿Cómo voy a pagar la hipoteca y la piscinica yo sola?- Entonces agarró un tronco del suelo y se abalanzó contra la dragona.
- ¡¡Quieta pará!!!- Mablung la detuvo justo a tiempo-. Si se te ocurre hacerle daño a la dragona, te vas a enteraaaaaaaaaaaaaaarahagagagagag- cientos de piedras le fueron lanzados por los restantes miembros del ya numerosísimo grupo, incluso Tiganilla le lanzaba los pedruscos más grandes.
- ¡Resiste, Lynkx, ya se me ocurrirá algo!- dijo un nervioso Beidomon, y pensó y pensó y pensó-. ¡Resiste Lynkx, ya se me ocurrirá algo!
- ¡Eso ya lo has dicho!- le chillaron todos al unísono.
- ¡¡¡Esperad!!!- Wherter estaba de un observador extraordinario-. En la maleza hay lo que parece... sí, es la pelotita de Arthan...

No muy lejos de allí se encontraba la ciudad de las estaciones eternas, llamada Faegalh: era una ciudad curiosa, rodeada por altas murallas y siempre acompañada por un imponente arco iris. En esta ciudad lo curioso es que al norte era invierno, al sur verano, al este primavera y al oeste otoño; y justo en el centro de la bonita ciudad se alzaba un magnifico castillo, de cuyo interior salían unos llantos…”¿Dónde está nuestra dragona Erys? ¡Por los Dioses, tiene que volver!”, repetían una y otra vez. Mientras, en el exterior de la ciudad se estaba librando una cruel batalla: las fuerzas oscuras deseaban apoderarse del FUTBOLIN MADE IN HONKONG, pieza muy preciada, pues con él en su poder serían los amos, si, si, los amos del mundo. Pero lo que no sabían era que Erys, la dragona del reino, se lo había zampado en su afán por protegerlo.

Bueno, volvamos con los nuestros…
Wherter cogió la pelota... y en un momento la alzó como si fuera un gran trofeo.
LA TENGO , LA TENGO! - gritaba como un poseso.
Todos se le quedaron mirando, y él se quedo como cortadillo; Arthan, sin mediar palabra, le cogió la pelota y se perdió por el espeso bosque.
-Y ahora, ¿qué?- gritaron todos.
En eso que a la dragona Erys le empezaron a entrar unos sudores que tela, y se le empezó a marcar un futbolín en la panza.
- Huuyyy, qué chungo…- dijo Wherter, haciendo gestos con las manos (parecía el Neng de Castefa).

Iñigo, Shaska, Tiganilla y Céfiro también comenzaron a mover los brazos, Beidomon y Mablung eran los únicos que resistieron el maldito contagio de Wherter y se liaron a darles galletas al quinteto; en ese momento la dragona Erys alzó el vuelo y sin querer enganchó el tanguita de Sashka con su cola, que asomaba según la moda por fuera del talle bajo de su armadura...

- ¡NOOOO, no me dejéis!- gritaba Sashka.
Todos enmudecieron...
- ¡NO PODEMOS ABANDONARLA!- dijo Iñigo-. Creo que sé dónde ha ido la dragona.

Wherter y los demás, disimuladamente, se dieron la vuelta; en eso que Arthan apareció y dijo:
- Iñigo, yo estoy contigo.
Entonces, al oír al niño-dragón, a los otros malajes les salió el ángel bueno ese tan chiquitito de la cabeza. La voz de la conciencia era tan fuerte, que incluso Arthan e Iñigo  la oían y se descojonaban de risa, de lo ñoña que era.

- ¡Yo voy! -dijo Wherter, dándose la vuelta...
Al momento se dieron la vuelta todos, con paso firme, sacando pecho y gritando todos en una misma voz:
- ¿Queee  semosssss?- les preguntó el mago en plan marcial.
- ¡La compañía de la Flor Rara!
Wherter, emocionado que estaba con esta escena, gritó:
- ¡Sashka, no temassss,  que vamos pa allá! ... - e iniciaron el camino hacia Faegalh.
Llegaron a una colina, desde donde se divisaban las murallas de la ciudad; Céfiro, al ver el percal que había con tanta batalla (uuufff… sangre y esas cosas tan malotas), le arreó un pellizco en todo el culo a Arthan que no veas de la impresión…
- ¡aaaaaaAAAAAAARRRRGGGGGGHHHHHHH!- gritó el nene, desinflándose y volviendo a ser un niño normal y corriente, y medio ejército de los malosos se giraron hacia la colina donde se encontraban nuestros amigos. Wherter, que en ese momento estaba tocando la guitarra española y el laúd cordobés, uno en cada mano (y sin darse importancia), del susto que se dio lanzó el laúd cordobés colina abajo, dándole en toda la cabeza al jefe de los malos.
- JOER, Wherty, ahora sí que las liao-  dijo Iñigo, desenvainando la espada y mirando desafiante al maloso.
En eso que Beidomon y Mablung lo cogieron por los bigotes
-¡...Quieto parao, bestia parda!- le dijeron.
El maloso, con la guitarra como un collar de la que sobresalía la cabeza, subió colina arriba con un amenazador espadón que parecía el pirulí madrileño.
-Mi nombre es General Canamero... ¿quién, me cagüen tó lo que se menea, ma arreao el guitarrasooooooo?
El tío imponía que no veas, parecía un armario ropero, y tenía una expresión de mala leche con la espada levantada que los aguerridos compañeros señalaron acobardados a Wherter, rápidos como resortes, los muy cabrones.
-Perros sarnosos...- masculló Wherter Young, al parecer un poco mosqueado.
-¡Tú! ¡Da un paso palante, que te ví a enseñá a tocá la guitarra!- dijo el general Canamero.
- No, si ya sabe...- dijo Arthan.
Mal hecho, este niño tenía la virtud de meterse donde no le llamaban.
-¿Me estás bacilando, niñatooooooooo?- dijo, agarrando al niño por la oreja y zarandeándole sin piedad. A todo esto, se quedó con la oreja en la mano-. ¡Coño, qué asssssco!
Y tiró la oreja al suelo. El niño empezó a llorar.
- No llores, pequeño- le dijo Iñigo con esa sutileza tan propia de él-. ¡Si tienes otra, tonto!
Pero el niño recayó al enfadarse, y de nuevo tuvo un brote psicótico-dragoniano y se transformó en dragón (como el Hulk pero en dragón).
Mientras el general Canamero flipaba, los demás ya estaban a tomar por culo de allí, pues tenían experiencia.
- ¡Te voy a comeeeeeeeeeeer!- bramó Arthan.
- ¿Tú me va a comé a mí?- para chulo, él-. Me va a comé pero las pelotillas de los pies con pan bimbooo!!!
Fue lo último que dijo. El ejército maloso se dispersó poco después de ver cómo el niño-dragón se merendaba a su general, y así acabó la guerra. Pero eso no llegaron a verlo los ojos de nuestros héroes.

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