sábado, 26 de marzo de 2011

Capítulo 2 parte 3

Los beduinos, hasta los huevos de las tonterías de la pandilla, les encadenaron a las paredes de una oscura mazmorra. ¡Por lo menos estaban frescos!
Las tres marías, situadas en la paded frente a los hombres, miraban sin pudor los botines de punta chorra de Wherter.
- ¡¿Queréi dejar de mirar mis botineeeeeeeeeeees?!- dijo el mago, todo mosqueado.
- Pos no, mira tú- le contestó Sashka-. ¡¡¡Gracias a tus gilipolladas, ahora estamos en el talego, asín que te miraré lo que me dé la gana!!!
- Wherter, vaya pinta maricón tienes con esa ropa...- lo pinchó Céfiro.
-¡¡Digo!!- añadió Tiganilla de los Bosques.
- ¿Alguna idea para liberarnos?- preguntó Beidomon, que estaba junto a Saltrambas el cual se mordía las uñas de los pies en una flexión increíble, y las escupía en dirección a Wherter, cayendo la mayoría sobre Bei.
- ¡Saltrambas!- dijo Iñigo-. ¿Llega a mi surrón de Indiana Jones?
- ¡Sí!- contestó éste.
- Pos arrebusca a vel si encuentras algo metálico que paresca una llave o una gansúa...
Saltrambas se contorsionó en dirección a Iñigo, que estaba a su otro lado, y rebuscó en el zurrón con el pie. Al poco, sacó un abrelatas.
- ¿Te vale éto? -dijo, poniéndole el pinrel que sujetaba el abrelatas frente a la cara.
- ¡¡¡MMMMMPPPPPPPPP!!! ¡¡¡Madre mía!!! ¡¡Tú debe de tené el pie muerto lo meno!!! ¡Qué pesteeeeeeeeeeeee! -exclamó Iñigo medio asfixiado.
- Pero, ¿te vale o no?- insistió el otro.
- Aaaaaarrrrrrrrrrrrrrrrfffffff, sí, me vale... asércamelo a la boca.... ¡¡Bdaaaaaaaaaarrrrrrrrrrggggggg!!
Y así lo hizo Saltrambas; Iñigo, al borde de echar las papas, lo cogió de entre los dedos de los pies mugrosos y pestilentes mientras todos aguantaban la respiración, asustados ante la posibilidad de que Iñigo, en una arcada incontrolada, tirara el abrelatas. Los pies del excavador no tenían hongos, tenían una plantación de champiñones; y en lugar de pelotillas entre los dedos, el montaraz hubiera jurado que tenía plantas rodantes de esas de las películas del oeste americano.
Saltrambas retiró el pie, e Iñigo acercó el abrelatas con su boca a la cerradura de su mano derecha, comenzó a manipularla y... ¡se abrió el grillete!
Pronto se liberó.
- ¡Corre, corre, libérame! -chillaba Wherter.
-¡No, a mí, a mí primerooooooooooo! -decía Mablunq.
- ¡Y una leche! A ver, corasón- le dijo a la de St Andrews-.  ¿Quiere que te libere?
- ¡¡¡Pos claro, capullo!!!- dijo ésta, enervada por la pérdida de tiempo.
- ¡Pos entonse, di quién e el má guapo del grupo!
- MMMMMM… ¿el mago?
- Frio fríooooooooo... Creo que tú te va a quedal aquí...
- ¡¡¡¡Tuuuuuuuuuuuuuuuuu, tuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuu!!!!
-Eso está mejol... ¿Y el má listo?
- ¡¡¡Tuuuuuuuuuuuuuuuuuu!!!
-¿Y el má rápido? ¿Y el má varonisssssss?
-¡¡¡Tuuuuuuuuuuuuuuuuuuu!!!
-Jejejeje- se rió Iñigo girándose para enfrentarse a los demá hombres- ¡¡¡La tengo en er boteeeeeeeeeeeeeeeee!!!
Luego liberó a la dama, que le propinó un galletón de los de época.
- ¡¡¡Furro, ma ke furrooooooooooooooooo!!!
- ¡¡Ay, ay!! ¿¡Entonse no lo desías en serio??- decía el muy cretino.
- ¡¡¡Sí lo decía en serio, pero eso no tiene na que ver!!!
En estas, una cabeza de dragón penetró el ventanuco, rompiendo las rejas enclenques.
- ¡Arthan!- chilló Tiganilla-.  Podías haber entrado antes y le hubieras ahorrado a Sashka una humillación...
La guerrera afirmó con la cabeza mientras liberaba a loos demás miembros de la compañía de los grilletes.
- Me ha avisado Erys -dijo Arthan, mientras la dragona metía también la cabeza como podía-, y he volado lo más rápido posible.
- Este niño sieeeeeeeeeeeeeeeempre tarde...- dijo Wherter, a lo que el otro respondió con un bufido de fuego que, a más de chamuscarlo, lo dejó de nuevo en pelotas.
- Ntch...será mi sino está en porretas...
La dragona Erys empezó a reír al ver cómo todos se desgañitaban de risa mirando al pobre Wherty desnudo.
- ¡¡Qué gracia!!! Vamos a seguir con el juego.
Y cogiendo aire lanzó una llamarada que quemó las ropas al resto.
-¡Juajuajua, si al final vamos a tené que ir desnúos tooooooos! -reía descontrolado Wherter.
 De repente, la risa fue tan virulenta que se quedó sin respiración y, tras ponerse de todos los colores, cayó al suelo fulminado.
- Pos ná, aquí acaba el sufrimiento de un gran mago -dijo Íñigo con una lágrima en un ojo y el otro visulizando a las niñas.
- ¡Que le den! -exclamó Sashka-. Y vámonos, que vendrá esa cuadrilla de analfabetuss y nos darán una patá en las galtas d'abajo.
Justo entonces el mago empezó a temblar, y miles de luces (de muchos colores, que mola más) le empezaron a llover encima. Finalmente, cuando el espectáculo luminoso cesó, Wherter se incorporó y parecía otra persona.
-Quillo, ¿qué ta pasao? -preguntó Iñigo.
- ¿Estáf bien, bombón? -dijo Tigana contemplando a ese monumento de la naturaleza que se postraba ante ellos.
- Acabo de adquirir el vigésimonoveno Bong de la magia universal. ¡Ahora soy invensible! -lanzó al aire unos gestos y enseguida apareció vestido con... pues la típica indumentaria de mago, leches-.  Al adquirí estus poderes, me veo en el deber de darles algo a los amigos que m'acompañan, para que mis conjuros sean efectivos. Vamo a ver, ¿qué queréis?-preguntó su eminencia
- Yo me pido... -dijo Saltrambas.
-... Calla, ya sé lo que necesitas - immediatamente, de la nada apareció en las manos del minero una pala a pilas-. No me des las gracias, era mi obligación-concluyó Wherter.
- Yo nesesito... es que veraf, tingo lingua de reptil -dijo Tigana.
- ¡Lo entiendo! No estás a gusto... es normal -Wherty hizo unos gestos y a Tigana le creció una cola de iguana preciooooosa-. Ahora ya no tienes de qué preocuparte.
-Lynkx y yo queremos un chalet con piscina y tal y tal...-dijo Céfiro.
-Está bien, deseo concedido –entonces, en las manos de Lynkx apareció un libro cuyo título decía: “Cómo fabricarte tu propio chalet con piscina en tan sólo 20 volúmenes”. -Cuando acabes de leer el primero, automáticamente aparecerá el segundo en tus manos.
- Yo lo que quiero es mucho...-habló Mablung cuando el mago le miró demandando su deseo.
-...Suuuuuuuuuuuuuuusssssssshhhh, calla. Pa tí tengo algo que te será de gran ayuda -y Mablung, de repente, se vio cargado con un saco llenito de antídotos para muy diversos venenos de origen animal y jeringuillas.
- Para tí, Beidomon, tengo algo especial… -haciendo un juego de muñecas, hizo aparecer ante Bei tres muñecas hinchables-.  Así podrás haserte afotillos en la disco y desirles a tus amigos que toas las mujeres s'arrimaban a tí. Y para tí, Sashka...
- ¡Noooooo, que yo no quiero ná, de verdad! No te molestes… -en ese momento, del culo de la de Sant Andrews asomó un precioso futbolín con los jugadores del barça y del español y los boixos nois tirando bengalas.
- No hase falta que llores, sabía que t'haría ilusión…
-Peaso cabrón… -dijo Sashka.
-Y tú, Íñigo, mi gran amigo, ¿qué pueo haser por tí?
-Tú sabes, Wherty, que hase musho tiempo que voy detrás de sierta mujer, pero ahora ya es como una hermana... ¿no podrías darme una compañera fiel..? -dijo Monty con los ojos desorbitados.
- Por supuesto.
De immediato apareció una figura cubierta con una manta de arriba abajo, sólo se le distinguían sus ojitos claros...
-¡Mushas gracias, Wherty,  si es la Angelina Jolín!
Y se avalanzó hacia la muchaha y la empezó a besar y a magrear por todos lados.
-¡¡¡¡Quietu parao!!!!- la manta voló y bajo ella se descubrió un jovenzuelo-. ¡Pero qué hases, degenerao, como me vuelvas a poner las manos encima te rompo la jeta!
- ¿Quién coñie eres tú? -preguntó Monty escupiendo al suelo.
- Soy Zivilyn: estaba tan tranquilo escribiendo una carta al Roca y de repente mencontrao aquí…
-¿Y mi regalu? ¿Y mi Angelina Jolín?-rabiaba Iñigo.
-Lo siento: ta tocao a tí el falluto, Iñi, qué le vamo a haser… Bueno, basta de cháchara, vámonos ya -ordenó Wherter-. Pero desnudos no vais a ningún lao… -apareció de la nada una mini-tormenta de arena; y cuando escampó, las chicas iban vestidas de niñas japonesas de instituto (con su boina y su minifalda) y los chicos de marinerito-. Venga, Arthan, Erys, llevadnos a onde podamos encontrar la flor dichosa.

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